Este artículo lo escribo desde mi experiencia personal, no desde la mirada médica ni mucho menos, ya que para eso deberían consultar con un profesional en el tema.
Hablo de aquellos que no se animan a cantar por “vergüenza”.
Tal vez porque antes de emitir la primera nota ya están pensando en lo mal que va a salir. El qué van a opinar sobre lo que hago, puede estar tan sobre valorado que termina siendo más importante que lo que realmente quiero o deseo. Y es ahí donde quiero llegar con esta reflexión.
A la hora de cantar, es importante que te respondas estas preguntas:
- ¿Quién dijo que sólo los talentosos pueden cantar?
- ¿Alguna vez te dijeron que no servías para cantar? ¿Que no afinás y que es feo escucharte?
- ¿Porqué a la hora de hacer algo que te hace bien tiene que a su vez conformar a los demás?
Tratar de entender qué es lo que te avergüenza, lo que te traba a la hora de dejar salir la voz, no es una tarea fácil, pero te aseguro que puede ser muy enriquecedora. Sobretodo, cuando empiezan a salir las cosas, no importa que tan bueno seas, sino que lo hagas con compromiso, con amor, con energía. ¿Cuántos cantantes, no se destacan en sí por su voz, sino por su maravillosa manera de interpretar o por su música?
Cantar, desde mi punto de vista, es una manera de llegar a conocerte más y mejor. Antes de pensar qué mal lo estás haciendo, pensá en todo lo que podés y podrás.
Para eso se necesita:
- Desarrollar confianza en uno mismo.
- Bajar las expectativas respecto a la opinión de los demás.
- Esforzarse, estudiar, practicar. Compromiso con las clases, ensayos, etc.
- Disfrutar de cada pequeño logro.
- ¡¡¡Cantar!!!
Bien, medio, mal. Cantar por el sólo hecho de sentir alegría de hacerlo.
Te propongo, que busques alguna pista musical, o si tocás algún instrumento, que te acompañes y empieces desde hoy, a cantar.
¡¡Que lo disfrutes!!
4 respuestas
Excelente material!!
me encanta cantar, me hace feliz….
Esta genial el aporte. Reciba un cordial saludo.
Muchas gracias!!!! Igual a vos!